sábado, 10 de octubre de 2015

Y llegó

Eran las cuatro de la mañana y apareció, otra vez: sé que no responderás este mensaje, pero aún así quise escribirlo. He seguido tus fotos, ahora no sólo como modelo, he visto que incursionas como fotógrafa. Me han encantado tus fotos anónimas, en las que eres modelo pero no explícita. Y me ha estremecido y erizado la piel darme cuenta que eres tú, estoy seguro, tengo años que no te veo pero tus lunares son únicos, las medidas de tu cuello no cambiaron, ni el color de tus manos, tampoco la forma de tus uñas ni la forma de tomar el vaso, que apuesto no es café, sino té chai.
Pero hay cosas que si cambiaron, como que te decidiste a hacer esas fotos, que tus ideas de las copas, las sabanas y los vinos ahora son fotografías y seguro estoy de que son tuyas. 



Pasan y pasan los años, casi tres desde que te fuiste de mi lado y sigo sin superarte, tu espacio no es "ocupable", tu sitio no es reemplazable y tú eres inolvidable. Cada día siento que te amo más que el anterior, mi sangre llega a su punto de ebullición cuando veo tu espalda desnuda y las manos que la tocan no son las mías. De cualquier modo, quería que supieras que sé que tu cuerpo en las fotos, que no es coincidencia que tu vino favorito sea el que aparece en la lente, que sé que detrás de esos paisajes está tu lente y detrás de ella, estás tú. 



Supe que terminaron, te dije una y otra vez que era un niño, siempre fuiste mucho para él, bastantes te dijimos que ni te convenía ni era el mejor, que te estabas equivocando, pero tenías que confirmarlo por ti misma. Quisiera saber si algún día será posible vernos al menos para platicar, hay tantos años que puedes compartirme y tanto que anhelo saber de ti. Pareciera que tienes un radar contra mi, justo cuando asistí a lugares que frecuentabas dejaste de hacerlo. Me inscribí en clases de baile justo cuando tú cambiaste de academia, cuando averigüé tu horario de gimnasio cancelaste tu inscripción en este. Ojalá hubiera respuesta pero si no, que Dios te siga bendiciendo. 

Otra vez te equivocaste, si respondí el mensaje, a decir verdad me sorprende mucho tu memoria fotográfica, así como tu análisis y que recuerdes mis ideas de fotos. Si tienes razón, no era el mejor, me equivoqué al pensar infinitas cosas sobre él, al igual que me equivoqué contigo, pero bendigo el tiempo que pasé a su lado y lo aprendido. Pero en lo que si acerté fue en alejarme de todos esos lugares a los que me seguías el rastro. Estos "te amo" me causan nauseas, te diré, no puedes amar algo que no conoces, y yo soy diferente, no me conoces, en ocho años ha pasado toda una vida, por ejemplo, ya no tomo café ni por compromiso, mi cervezas favoritas ahora son WILD BLUE y GUINNESS (foreign extra). No pienso igual, no me comporto igual, pero sigo creyendo en el amor real.

A propósito, llegó, ese que decías que no existía, ese que no me persigue ni me olvida, tiene una vida y entiende la mía. El justo medio, tiene valores sólidos y sueños grandes. Existe y aunque no tenemos aún una relación formal, nos estamos conociendo y nos auguramos muchas cosas buenas, que al final, si no resulta, habrá sido un placer aceptar esa cena, porque esa no fue una equivocación.



Sobre vernos, una vez más te repetiré que es imposible, en ocasiones tenemos que abandonar la vida que habíamos planeado, porque ya no somos la misma persona que hizo aquellos planes, entonces sólo puedo recomendarte que revises nuestras conversaciones, recuerdes cuantas veces no tuviste tiempo para mi y que vernos, tampoco fue opción. En esta ocasión no hay espacio en mi vida para tu insinuación.





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