domingo, 28 de febrero de 2016

¿Cómo sería tu hombre ideal?

Era una pregunta que me repetían en varias ocasiones, sin lugar a dudas, cada vez perfeccionaba mi respuesta, con el tiempo de alguna manera mi lista de requisitos iba en aumento, con cada experiencia las características se volvían más claras, los momentos ideales podían casi palparse.


¿Cómo sería tu hombre ideal? Tiene que ser detallista, pero no con detalles simples o predecibles, deben ser detalles que no se me habrían ocurrido a mí, romántico, romántico en serio, que tenga una sonrisa que parezca dibujada, quisiera además que tuviera pasión en lugar de sangre, que sueñe mucho, que sueñe alto y que trabaje por esos sueños. No podría ser compañera de un amante de mitades, los mediocres están mejor al lado de personas como ellos.


Quiero un hombre que siempre busque ser mejor que ayer, que se esfuerce, sepa reconocerse, aplaudirse y también sepa enmendar, disculparse e identificar sus errores. Quiero a un hombre digno de admirar y además me admire, me gustaría que tuviera unos lindos ojos y una mirada transparente. Sería ideal para mí un hombre sensible, fuerte, inteligente, que vea, sienta y piense por encima de lo banal y lo efímero, un hombre que sea exactamente la clase de ser humano que valga la pena replicar, un hombre que pueda ser un ejemplo para mis hijos, el mejor compañero de tardes y con quien brindar en un aniversario de bodas diciendo: "te lo dije ¡lo logramos!". Un hombre que se deje apoyar y entienda que yo también puedo cuidarlo. 


Debe además saber leer, saber leerme y que escriba, que escriba al menos para mí. Debe tener manos grandes, por si algún día resbalo. Quiero un hombre independiente pero no egoísta, quiero un hombre que entienda que puedo hacer todo por mí misma, pero que compartir con él es lo máximo. Que sepa que no soy inútil, al tiempo que le guste consentirme. Quiero todo, el mundo está terminando de entender que no soporto las medias tintas, ni el machismo.


Quiero un hombre lo suficientemente bueno para amarlo como pareja, completo para ser mi mejor amigo e increíble para que sea siempre mi equipo. Busco ternura, objetividad, salvaje a veces, indefenso otras, humilde pero no tonto. Que no sepa lo que es rendirse, que ame a su familia, que no olvide a sus amigos, que sea simplemente único. No, no pido mucho, pido lo que merezco y no espero nada que no esté dispuesta a dar a cambio.


Justo cuando estoy por incluir otras "peticiones" me detienen con un "¿Y crees que exista?", en realidad no puedo evitar una mueca de ironía, una sonrisa sarcástica y remato con: es que no estoy imaginando a nadie, estoy describiendo a alguien, no tengo ninguna necesidad de buscarlo, solamente deseo verlo ya pronto, muy pronto...


martes, 23 de febrero de 2016

¿Ya viste la luna?

La noche era fría, afuera parecía haber helado y las calles estaban vacías, mis pies congelados pero mis manos estaban en su espalda, protegiéndolo de un resfriado, simple precaución. 
Su sonrisa desenfadada y sus labios inquietos eran el atuendo perfecto para no salir esa noche. 


No entendía por qué, pero esa noche en particular lo quería más, lo sentía más cerca y en cada abrazo me sabía más suya. Se detuvo frente a la ventana y me preguntó "¿ya viste la luna? Está increíble." Y claro que estaba increíble, siempre me han gustado sus ojos cafés, sus manos grandes y su mirada transparente. 


¿Pero qué tenía la luna? Nada mejor que lo que pudiera ver si él me cerraba los ojos con un beso, la luna está ahí, gigante, brillante e imponente para quienes no lo tienen a él, para quienes no pueden admirar algo mejor que la luna, para qué iba yo a ver la luna si él sabía perfectamente cómo llevarme a ella, cada vez que quería. 


viernes, 19 de febrero de 2016

Quién lo diría

Quién iba a decir que después de tanto y aún con todo, aquí volvería. Que a pesar  del tiempo y sobre todo de la distancia, más temprano que tarde iba a estar así, otra vez, sonriéndole a la nada en la mitad de mi cama, con la vista fija en el techo y el cuarto lleno de oscuridad. 


Quién lo diría, que estas noches eternas de música y cada una de esas tardes de libros, intentando dibujar tu sonrisa con mis pestañas volverían a ser parte de mi, 
Porque si hubiera apostado, habría perdido, pero hoy lejos de eso, he ganado. 


He ganado el valor de esperar el futuro con una actitud desafiante ¿qué nos presentará ahora que no podamos superar?. He ganado la convicción de tenerte a mi lado y la emoción de verte de nuevo, ahí frente a mi, parado, medio segundo antes de abrazarme. 


Quién diría que en cuestión de meses volverías a mi para darme la más grande lección de amor, para sorprenderme con la re-invención y la emoción que no imagine pero con los ojos que ya conocía. 


De volver a querer, a sentir, a vibrar, a desear y anhelar, de volver a compartir y a vivir de la forma que amé la vida, a tu lado, para eso y mil cosas más tenias que volver a mi vida, quién lo diría.  


domingo, 7 de febrero de 2016

Pasatiempo

Su pasatiempo favorito era jugar a enamorarme, decirme versos que aparentaban ser profundos pero que en realidad solo buscaban conseguir un nivel más alto de placer. 
Podía verse en mis ojos, su risa se reflejaba en mis lagrimas cuando llorando de emoción le dije "te amo", mientras sin pensarlo respondía "te quiero". 


Le gustaba experimentar qué detalles provocaban qué besos, aprendió a solucionar, disculparse y solucionar convenientemente, conoció mi derecho y mi revés. Me dominó en cada caricia y en cada lugar. 


Fue listo, no hubo compromiso, no hubo nada que atara sus pensamientos y acciones. Ahora que lo pienso, no me debe nada, nunca prometió nada, yo sola me inventé ese final de cuento que no llegó. Odiaba mis "para siempre" y la frase de "toda la vida" le causaba náuseas, hasta hoy entiendo porque sus respuestas eran ambiguas. 


Hasta hoy entiendo que todo fue parte de su pasatiempo. Entiendo por qué no tomaba mi mano en público, por qué en privado era un príncipe y frente a todos un patán. Entiendo su madura reflexión de: "basta que nosotros lo sepamos". 


Y es que como en todo pasatiempo hay cosas buenas o malas, pero en algo te vuelves experto, él aprendió a enamorar sin error, sin amor, a desaparecer y volver a gusto propio. Yo aprendí a diferenciar el amor del "un rato". Aprendí a sanar y a seguir, para mi fortuna seguro vendrá alguien mejor (cualquiera puede ser mejor que él). Para su infortunio, dudo que alguien le llegue a amar como yo. 


Del amor a distancia y otros mitos

Cuando se acaban las historias propias, cuando falta la inspiración o la fuente de la misma está tomando un respiro. Es bueno nutrirnos de otras historias. De historias de amor, de desamor, de rencor y odio, de ternura y pasión. La idea es encontrarnos e identificarnos en algún protagonista de estas, hacerlo, nos permite conocernos y conocer aún mejor. De esa forma fue como topé con el mito del "amor a distancia". 


No me refiero a la distancia únicamente física, también me refiero a la temporal. Es de sobra escuchado eso de que "ya los quiero ver en dos años", "ahorita están así porque acaban de empezar, deja que se conozcan bien" o más aún: "amor de lejos, felices los cuatro". Y no, de buena y varias fuentes, puedo asegurar que eso no es una verdad universal ni es "altamente probable que...", existen amores que pueden con eso y mucho más. 


Pero por supuesto que el único ingrediente no es el amor solamente, se necesita cerebro, músculos, voluntad, fuerza e inteligencia. He sabido de algunos que, por ejemplo, con años juntos, compartiendo pasta de dientes y sábanas aún utilizan el "quiero invitarte a salir" dejando de lado el ya trillado "nos vemos ahí". 


Sé incluso de aquellos que viven en husos horarios y aprovechan sus ratos libres para enviar cartas, para inventar un poema o dedicar una canción. Algunos, mejor aún, cocinan juntos, ven películas juntos y tienen "citas" a distancia aunque la hora o el sueño estén en su contra. 
Los pequeños, lo grandes y lod medianos detalles provocan algo, ese algo otra cosa y así, es una cadena de reacciones que sin variar dan resultados positivos. Pero si, se necesita mucho más que amor, además de encontrar a alguien completo que pueda brindarte todo lo que tú puedes brindarle, de alinear objetivos y trabajar por ellos, también hay que esforzarse. 


Y ese es el más bello esfuerzo, envejecer junto a esa persona, conocer su pasado, amar su presente y anhelar su futuro los hace estar en sintonía. Pero nada es magia, si algo de esto no sucede, si no es lo que esperabas o de una semana a otra los polos se derriten, no hay que culpar, hay que pensar, solucionar y redireccionar. El amor no es desechable, pero siempre es perfeccionable, trabaja en ello y disfruta el resultado mientras descubres que se puede, y que lo que dicen: son mitos. 



El mejor estado

Hace días leí una frase que decía algo como "el mejor estado del hombre no es estar enamorado, es estar tranquilo". Me quedé pensando insistentemente en eso y entendí que yo estoy enamorado, tranquilo y loco. 
Enamorado de ti y del café de tus ojos, de tu cabello descompuesto y de tu eterno dormir. De tus manías y también de tus defectos. 


Que estoy tranquilo porque mientras busqué por el mundo el lugar ideal, pude conocerlo hasta que estuve entre tus brazos, entendí que es ahí donde quiero vivir diariamente y también morir. Tranquilo porque sé que me amas y que soy para ti justo lo que tú eres para mi. Tranquilo porque seguro estoy de verme contigo en todas las facetas posibles, porque contigo quiero absolutamente
todo en la vida y de tu mano superar obstáculos. 



Y loco, quizá un poco desesperado por hacer que el resto de mi vida comience ahora. Por tomarte de la cintura y tatuar mis huella junto a las tuyas. Loco por ti y por tus besos todos los días, y eso con cambiará con el tiempo ¿sabes por qué? Porque el tiempo cambia deseos y emociones pero sentimientos tan reales y sinceros como el nuestro, el tiempo solo los fortalece. 


Entonces al reflexionar sobre todo esto, comprendí que el mejor estado del hombre, no es uno u otro, es aquel en el que se siente vivo, indestructible e inmenso, pero es casi un milagro sentirlo junto a alguien y que ese alguien lo sienta por ti. "Pasar el resto de mi vida contigo" se ha convertido en una especie de frase de moda, en algunos casos carente de significado, es como un "te extraño" sin acciones que provoquen cercanía, vacío, sin sentido, pero contigo es diferente, es una convicción completa por querer esforzarme día a día en enamorarte. Esta seguridad que me dan tus caricias, que sé que nada podría destruirme cuando me besas y esta certeza que sentimos de que vamos a despertar sobre la misma almohada, cada día, cada vida. 


miércoles, 3 de febrero de 2016

No, ella no quiere "ir por una cerveza"

Por eso siempre insisto en que analicemos lo que pensamos hacer, que le demos 2 minutos de cerebro para decidir si es la mejor forma o mejor no. Un paso en falso, un producto en un mercado equivocado, un error tan grande, será un fracaso. 


Para comenzar ¿qué te hace pensar que ella quiere ir pr una cerveza? Date cuenta que es el tipo de mujer que si quiere una cerveza va por ella y listo. ¿Porqué iría a "tomar algo a otro lado"? ¿Notaste que estaba leyendo, tomando chocolate y evidentemente esperando a alguien?. 


Las cosas con ella no funcionan así y solo quedaste como poco inteligente al decir "tenía rato estudiándote". ¡Caray! Eso faltó, que la estudiaras para que  siguieras tu camino y desistieras de tu grandiosa idea. 


No le falta nada, al carajo con "tan bonita y sola", quizá no esté sola, y si lo está, lo prefiere a estar con alguien que piense como tú. Hay mujeres que no necesitan que las sonreprotejas, que tengas la lupa sobre ellas las 24 horas, que revises cada dos minutos si sigue bien o ya se aburrió, hay mujeres que no dependen de nadie, y mucho menos pretenden encontrar a alguien sólo para "ir por una cerveza". 


Insisto, si eso es lo que quieres, estás buscando en el lugar equivocado, entiende que hay mujeres que no solo existimos, sino que además somos, que estamos completas y que la única forma de que alguien entre en nuestras vidas es si son capaces de agregar valor a ella, y ojo, no me refiero en lo absoluto a algo económico o material, me refiero a la capacidad sentimental, emocional e intelectual, de enriquecer tu vida y la vida de alguien más. Pero eso, solo lo hace alguien que también está completo. 
De manera que, si no hay nada de valor que puedas agregar a su vida, sólo permite que siga su camino. 


lunes, 1 de febrero de 2016

Abundan

En el mundo, en la vida, en tu vida, siempre abundan personas, personas que de alguna forma encajan en el archivo de tu mente, ocupan tu corazón o tu alma. Abundan consejos y abundan promesas. Sobre todo eso: promesas, esas de las que casi nunca se cumplen, o esas que no se hacen pero siempre se cumplen. 


Abundan consejos, de aquellos que no son tú, que te critican de frente pero que desearían serlo, abundan consejos de aquellos que fracasan cotidianamente en su vida y esperan que también tú lo hagas. Consejos de quienes no creen en ellos mismos, pero que odian no haber hecho algo como tú cuando tenían tu edad. 



Promesas vacías, advertencias sin sentido, consejos no pedidos y críticas de risa. Abunda todo eso, excepto amor de verdad, amistad y cariño genuino, sobra envidia pero no abundan aquellos que gozan con tus éxitos, hay montones de "peros", de obstáculos y de inconvenientes pero son pocos quienes te acompañan, quienes caminan de tu mano sin esperar nada a cambio. 


Y justo en ese momento, es cuando descubres quién te ama, quién está siempre, quién se preocupa, quien llora, ríe, festeja y camina contigo. Y aunque no abundan, es una eterna bendición tenerles en cada espacio de estos, es un lujo, un regalo tener tropiezos, descubres que son precisamente para eso, para descubrir todo aquello que abunda. 


Y empiezan así a abundar las gracias con sabor a sal, las mejillas rosadas y los ojos pequeños. Los abrazos que reconstruyen y los tés para desintoxicar el corazón. 
El alma toma un respiro y los pies arrancan de nuevo, la mente traza un nuevo camino, la intuición una estrategia, el futuro estrena cara y la amistad un fresco aroma.