sábado, 17 de octubre de 2015

Decidí quedarme

Ya me iba, estaba en la puerta y un frío que erizo toda mi piel me hizo repensarlo. Me detuve un momento a recorrer de inicio a fin mi plan del fin de semana. En dos segundos decidí quedarme. 

Te explico porque, decidí quedarme porque la exposición no la moverán de ahí en unos meses, porque es una bellísima tarde nublada que no puedo desaprovechar lejos de ti. En realidad decidí quedarme porque hace frío, hace frío sin ti cerca. 

Mis amigos van a entenderlo, ellos saben que cuando mi corazón es robado, lo es completo. Fiestas sobrarán, planes ya vendrán, pero hoy estás tú y tu técnica de soborno acerca de películas, chocolate y postres es un éxito.

Decidí quedarme porque el cielo me obligó, amenazó con lluvia y el estacionamiento duplicó la distancia de mi auto y la promesa de un octavo arcoiris me intriga más de la cuenta. Decidí quedarme por que quiero estar aquí, junto a ti, aunque tal vez ni veamos la película o quizá nos quedemos dormidos inmediatamente después de comer. Decidí quedarme porque eso, también es conocer. 

Decidí quedarme no porque me lo pidieras, ya me iba, decidí quedarme porque aunque no me detuviste me encantará ver tu cara de sorpresa al saber que sigo aquí. Así que devuélveme mi frazada y mi rinconcito en el sofá, ya decidí quedarme.

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