lunes, 12 de octubre de 2015

Tenía que decirlo: no me gustas.

Perdón pero para mi ya fue suficiente, disculpa pero no podía soportar ni un día más con el falso "me gustas", en realidad es que era cierto hace algún tiempo pero no más. Yo no puedo con tus reflexiones profundas acerca de la vida, del ir y venir de las muecas en la gente que vemos pasar.
Soporté cuanto pude decir que "me gustan" tus mensajes de buenos días y tus largas llamadas por la noche, contándonos lo que había pasado las anteriores trece horas.


No me gustas cuando te detienes por la calle a ayudar a todo el que puedes, cuando pasamos horas platicando con él señor de los tacos, no me gusta tu manía por conocer hasta el más minimo detalle de mi vida. No me gusta que sientas curiosidad por todo lo que hago y pienso. No me gustas cuando tomas decisiones por los dos para sorprenderme, tampoco me gustas cuando tomas la iniciativa o cuando pides mi opinión.

Mentí cuando dije que me gustaba que trajeras siempre en la cajuela un suéter extra para mi. No me gusta que sepas cuando necesito ayuda y cuando puedo hacer las cosas por mí misma. No me gusta que conozcas mi nivel de testosterona y que no te moleste alguna grosería en un momento necesario, no me gusta que seas inmune a mi agenda saturada y en cambio busques eficientarla. Tampoco es cierto que me gusta que me sorprendas con una carta o un cambio de planes, en realidad detesté ese improvisado té chai acompañado de flores afuera de mi puerta.



No me gusta nada que te gusto, no me gusta que te guste mi fuerza, mi falta de fragilidad y mi autosuficiencia. No me gusta que no seas macho, que me admires y me dejes admirarte. NO y repito, NO ME GUSTA que seas caballeroso y que no me trates como inútil o como si fuera de cristal. No me gusta que te derritas con mi speech frente al auditorio, ni me gusta que me sigas con la mirada como si fuera a perderme cuando entro al restaurant. No me gusta que te guste como soy, no me gusta que no te sientas intimidado.

NO me gusta que demuestres tu debilidad o que dejes de lado el "que dirán" cuando parecías el más cursi en esa calle, no me gusta que tengas planes y proyectos, no me gusta que tus sueños sean TAN grandes como los míos, no me gusta que conozcas mis antojos o que me llames cada que escuchas cheerleader. Y no, mucho menos me gusta que te consientas mis gustos culposos aunque sean reggaeton, que me veas como si estuviera cometiendo un crimen a la luz del día, cuando me seduce una dona de chocolate y voy bien en mi dieta.



Por cierto, entérate que no me gustó verte de sorpresa esperándome al final de ese día de conferencias, estaba cansada, hambrienta y tu idea de ir a comer a uno de mis lugares favoritos, no iba, no era el momento, tampoco fue el momento perfecto, ese día que me llamaste para decir que me extrañabas y que faltaban pocos días para vernos.


Listo, lo dije, perdón si jugué con tus sentimientos todo este tiempo, perdón si te hice pensar cosas que no eran, disculpa que haya sonreído y pareció que me gustabas, pero no son las cosas, así, me gusta el jamón serrano, me gusta viajar, me gusta bailar, me gusta leer, me gusta cocinar pero tú no, no me gustas, no eres como esas cosas, tú... me encantas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario