martes, 6 de octubre de 2015

¿Quieres viajar conmigo?

Desde que los conocí, me parecieron un hermosa pareja, transmitían muy fuerte esa vibra de buena química y excelente equipo que hacen.
Platicando sobre la vida y cuestiones socio-políticas, culturales de otros países, sobre su plan de vida y que se conocieron hace mas de 10 años, que trabajaron un año en Australia para cumplir su sueño de viajar por el mundo, casarse donde el corazón se los mandara y vivir la mejor luna de miel en México. 


Si bien no eran muchos años mayores que yo, si tenían muchísima experiencia y ya entrando en confianza les pregunte ¿cómo describirían el hecho de haberse encontrado el uno al otro? BENDICIÓN, MAGIA, fueron sus respuestas. Les hable un poco de mi blog y tuvieron el interés de leerlo, me hicieron muchísimas preguntas acerca de varios perdonajes y de mi vida personal y como esta se relacionaba con el blog. Cuando por fin leyeron todo e hicieron sus deducciones me preguntaron: entonces ¿porque si tu sabes que quieres un auto, sabes incluso la marca, el modelo y color sigues pensando y soñando con ir a la tienda de bicicletas? 
La sangre se me fue al piso y me cayó como balde de agua fría la realidad. 


"E que tú no querés un eposo" "ni un marido, no eres la mujer que sueña con ser ama de casa, eres todo lo que un hombre inteligente anhela encontrar, entonces un marido no te sirve che, tú mereces alguien con quien VIAJAR." Entonces de una platica de 12 horas se resumen algunos puntos siguientes. 


Viajar no es cuestión fácil, ni cuando se trata de ir solo, ni acompañado, para empezar, la soledad es como la incertidumbre "tan fría como un balazo en la cien" y la compañía, a veces, más que aligerar tu carga, se vuelve lastre. Ellos me contaron que supieron que eran el uno para el otro, el día que se dieron cuenta que viajar juntos era un placer, lograban ponerse de acuerdo, trabajar en equipo, acoplar los gustos de ambos al itinerario, protegerse y cuidarse mutuamente. Que ambos sabían cuanto debían trabajar para cumplir sus sueños, los de ambos, y los que tenían en común. 

Cuando tienes a tu lado alguien a quien le tienes la confianza de pedirle dinero, de no arreglarte o no bañarte un día, de decirle que algo no te gusta e incluso de que baile, converse con otras mujeres sin coqueteo alguno, con quien puedas perder el glamour una noche de copas, alguien con quien eres tú y juntos se siente como un "nosotros", cuando eso pasa, sabes que diste en el clavo.

Y fue así con esa pregunta que se reemplazo el anillo de compromiso: ¿quieres viajar conmigo?, fue así como surgió su plan de vida, su proyecto juntos, algo que construyeron entre ambos, un compromiso mutuo, una gran aventura. Sus historias no son solo románticas, tienen bastantes historias trágicas, divertidas e impresionantes.


El asunto aquí es que no te hablo de viajar así como la palabra literal lo dice, me refiero a VIAJAR, compartir con alguien tu vida, completa, con todo lo bueno y lo malo, porque ¿qué otra cosa es la vida? Si no es eso: un viaje. 


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