martes, 5 de enero de 2016

Astronauta

A cada paso que damos, después de cada experiencia e incluso en cada moraleja, entendemos que es cierto, que no estamos solos y que de alguna forma siempre estamos rodeados de personas que nos aman, de aquellos que en algunas ocasiones creen en nosotros incluso más que nosotros mismos. 


Están cuando más los necesitamos, pero no siempre son los que nos dicen lo que queremos escuchar, algunas veces están disfrazados de frases "saboteadoras", de pensamientos "negativos" o de inhibidores de sueños. Pero al final, son ellos quienes nos enseñan a ser mejores, quienes nos impulsan a ser mejores, quienes nos exigen, nos levantan si caemos, avanzan junto a nosotros hombro a hombro cuesta arriba y nos felicitan cuando es prudente.


Y en efecto, me quedo una vez mas con la frase de Aaron Benítez "hay que saber de que aplausos enamorarnos". Siempre tomemos en cuenta de quien viene el reconocimiento y la crítica, agradezcamosla y usémosla siempre para crecer. 


Pero lo mas importante, cerciorate de que quien esté a tu lado, aquella persona que elijas como compañero(a) de vida, te apoye siempre, te impulse y se deje apoyar, te haga crecer, mejorar y... Aunque no esté de acuerdo, sea tu soporte y se catapulten juntos. 


Encuentra a alguien que no solo te aplauda por que quieres ser astronauta, quédate con quien además de eso, te ayuda a ponerte el traje y a conseguir un cohete, con aquel que entienda tus sueños, los alimente, los cuestione y te inspire. 


Y sobre todo, no olvides que aunque el mundo esté repleto de bailarinas frustradas, maravillas sin inventar y lugares sin descubrir, siempre, siempre habrá alguien que crea, apoye, alimente, mejore y comparta tu sueño: de ser astronauta. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario