Están cuando más los necesitamos, pero no siempre son los que nos dicen lo que queremos escuchar, algunas veces están disfrazados de frases "saboteadoras", de pensamientos "negativos" o de inhibidores de sueños. Pero al final, son ellos quienes nos enseñan a ser mejores, quienes nos impulsan a ser mejores, quienes nos exigen, nos levantan si caemos, avanzan junto a nosotros hombro a hombro cuesta arriba y nos felicitan cuando es prudente.
Y en efecto, me quedo una vez mas con la frase de Aaron Benítez "hay que saber de que aplausos enamorarnos". Siempre tomemos en cuenta de quien viene el reconocimiento y la crítica, agradezcamosla y usémosla siempre para crecer.
Pero lo mas importante, cerciorate de que quien esté a tu lado, aquella persona que elijas como compañero(a) de vida, te apoye siempre, te impulse y se deje apoyar, te haga crecer, mejorar y... Aunque no esté de acuerdo, sea tu soporte y se catapulten juntos.
Encuentra a alguien que no solo te aplauda por que quieres ser astronauta, quédate con quien además de eso, te ayuda a ponerte el traje y a conseguir un cohete, con aquel que entienda tus sueños, los alimente, los cuestione y te inspire.
Y sobre todo, no olvides que aunque el mundo esté repleto de bailarinas frustradas, maravillas sin inventar y lugares sin descubrir, siempre, siempre habrá alguien que crea, apoye, alimente, mejore y comparta tu sueño: de ser astronauta.
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