jueves, 12 de noviembre de 2015

Inesperado

El cielo negro, enmedio de la madrugada, entre otras cosas que no me permitían conciliar el sueño, estabas tú, soñaba contigo, pero de pronto comencé a pensar en ti, en tus ojos, en lo que pasaría si estuvieras aqui, junto a mi. En concreto si... Te extrañaba.

Quisiera contarte que estoy un poco cansada, de seguir encontrándome con personas que creen que para lograr algo debes seguir una línea estratégica, que todo en la vida es disfrutar placeres o ahogarte en trabajo, quisiera que supieras que en cuanto mas conozco al resto del mundo, más caigo en cuenta que no hay nadie como tú.

Desperté en la mañana e inexplicable tes feliz, parecía emocionada, abrí las cortinas y respire aire limpio como en escena de película. Estaba por entrar en la ducha y me topé con la nota. Mi nombre seguido de un: "Te espero en el lobby, no tardes".

No podía con la emoción, fuiste lo primero que vino a mi mente y mi corazón empezó a bombear sangre al ritmo de tu risa, quise bajar así, en ropa de dormir, abrazarte y que vieras en mis ojos ese brillo que solo tú has descubierto. Pero ¿y si no eras tú?. Tome el baño mas rápido de mi vida y me vestí prácticamente camino al elevador. 

Y por fin te vi, estabas ahí, atravesé el restaurante a la velocidad de la luz y se fundió mi madrugada con tu tiempo de vuelo en un abrazo. No sé como encuentras siempre la manera de sorprenderme, no sé como haces para reducir tu agenda y recordarme todo lo que significamos para ti. Lo que si se es que una vez que alguien sabe lo que quiere, los pretextos sobran y la inspiración florece. 

También me queda claro que llega este punto, en el que entendemos porqué no funcionó nada antes, en el que nos damos cuenta que lo más lindo de la vida es así: inesperado. 


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