domingo, 1 de noviembre de 2015

No es tan grave

De alguna manera u otra, terminaste teniendo razón, las cosas pasan, nada es eterno y aun cuando pienses que esa situación que te está robando la calma o ese desenlace que no llega y te hace pensar que tu vida jamás volverá a ser la misma, es real: no pasa nada. 



No es tan grave, el destino es sabio y el tiempo perfecto, cada elemento va tomando su lugar en el espacio, en tu vida. Llega un día en que sin darte cuenta, eso que pensabas "tan importante" se vuelve insignificante, o que esa razón que alteraba el rumbo de tu vida pasa a ser un cero a la izquierda. Solo así, pasa. Y para empezar, es cierto: no pasa nada que no deba pasar, solamente lo justo, solo lo que es.


No hay nada mejor que dejarse fluir, darle tiempo al duelo, reflexionar alguna acción, pero solo eso, estancarnos significa desaparecer del presente. Todo aquello que no permanezca en nuestras vidas es porque simplemente no es para nosotros, no estaba destinado a ser. Pocas cosas me parecen tan mágicas que me cuesta trabajo explicar, es cierto que escribo de lo que conozco y dramatizo de lo que no sé. Pero este punto, ese momento en el que despiertas y ya no piensas más en lo que ayer se te iba el alma se llama: evolución.

Y repito: solamente pasa lo que debe pasar, recordemos eso y podremos asimilar todas las circunstancias de una mejor manera. Justo cuando comparas el antes y el ahora, entiendes por qué debió ser de esa manera. Quizá de haber sucedido como "nosotros queríamos" nada de este día habría sido posible. Estoy segura que las cosas pasan cuando mas las deseas y menos las esperas, dichoso tú si eres de aquellos a los que la vida les sorprende y pone a prueba su capacidad de improvisación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario