martes, 23 de febrero de 2016

¿Ya viste la luna?

La noche era fría, afuera parecía haber helado y las calles estaban vacías, mis pies congelados pero mis manos estaban en su espalda, protegiéndolo de un resfriado, simple precaución. 
Su sonrisa desenfadada y sus labios inquietos eran el atuendo perfecto para no salir esa noche. 


No entendía por qué, pero esa noche en particular lo quería más, lo sentía más cerca y en cada abrazo me sabía más suya. Se detuvo frente a la ventana y me preguntó "¿ya viste la luna? Está increíble." Y claro que estaba increíble, siempre me han gustado sus ojos cafés, sus manos grandes y su mirada transparente. 


¿Pero qué tenía la luna? Nada mejor que lo que pudiera ver si él me cerraba los ojos con un beso, la luna está ahí, gigante, brillante e imponente para quienes no lo tienen a él, para quienes no pueden admirar algo mejor que la luna, para qué iba yo a ver la luna si él sabía perfectamente cómo llevarme a ella, cada vez que quería. 


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